El 11 de septiembre la Iglesia Católica conmemora a distintos santos y beatos que, con su vida y ejemplo, dejaron huella en la historia de la fe. Entre ellos se destacan San Pafnucio de Egipto, San Juan Gabriel Perboyre y los mártires Protus y Jacinto, además de otras figuras recordadas en esta jornada.
San Pafnucio de Egipto
Discípulo de San Antonio en la región de Tebaida, San Pafnucio se retiró al desierto para llevar una vida de oración y penitencia. Fue elegido obispo pese a su inclinación por la soledad. Sufrió persecuciones y torturas: le arrancaron un ojo y le amputaron una pierna. Se lo recuerda como confesor de la fe y modelo de perseverancia cristiana.
San Juan Gabriel Perboyre
Nacido en Francia en 1802, ingresó en la Congregación de la Misión. Tras la muerte de su hermano, asumió la misión de evangelizar China, donde fue arrestado y martirizado en 1840. Fue canonizado por Juan Pablo II en 1996. Su fiesta se celebra el 11 de septiembre como testimonio de entrega misionera y amor al Evangelio.
Santos mártires Protus y Jacinto
Estos dos eunucos fueron servidores de Santa Eugenia. Tras convertirse al cristianismo, ayudaron a difundir la fe en Roma junto a Bassilla. Por ello, fueron arrestados y decapitados en la Vía Salaria. Son venerados como mártires del siglo III.
Beato Bonaventura de Barcelona
Fraile franciscano del siglo XVII, se destacó por su humildad y servicio a los más necesitados. Murió en Roma, donde fue sepultado y donde aún se le recuerda por su vida de oración y caridad.
Santos Félix y Régula
Hermanos mártires, junto a su servidor Exuperancio, son considerados patronos de Zúrich. Según la tradición, murieron decapitados alrededor del año 286, durante la persecución del emperador Maximiano. Su culto se mantiene vivo en la Iglesia Católica y en la Ortodoxa.
Otros santos recordados el 11 de septiembre
La liturgia también recuerda hoy a:
San Adelfio de Luxeuil
Beato Francisco Mayaudon
Beato José María Segura Penadés
San Daniel Wyn
San Elías Espeleota
San Leudino de Toul
San Paciente de Lyon
Beato Pedro de Alcántara Villanueva
San Sacerdote de Lyon